Discurso Pronunciado por el Presidente de la Comisión de Derechos Humanos

Embajador Leandro Despouy


Muchas Gracias Sra. Presidenta

Permítame en primer lugar felicitarla por la elección a este importante cargo que no solo honra a usted y a su gobierno sino también este maravilloso pueblo que nos ha acogido con indescriptible calidez y amabilidad.

Es un alto honor para mi hacer uso de la palabra ante esta Conferencia Mundial en mi calidad de Presidente en ejercicio de la Comisión de Derechos Humanos que ha sido el órgano de las Naciones Unidas que ha tenido a su cargo la ímproba tarea de organizar este evento y para lo cual ha destinado enormes esfuerzo a lo largo de tres importantes reuniones preparatorias en ginebra y otras cuatro regiones que tuvieron lugar en Santiago de Chile, Teherán, Estrasburgo, Dakar, contando en todos los casos con la decisiva cooperación de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos a cargo de la Sra. Mary Robinson.

Cuando me hice cargo de la presidencia de la Comision prometí mantener un dialogo estrecho y permanente con las ONGs. Creo haberlo hecho, ellas son testigo y podrían acreditarlo. Pero su digo esto es porque mucho aprendimos de ellas pero sobre todo porque seria muy importante que la Conferencia tómese en cuenta el documento que están elaborando en el Foro que tiene lugar actualmente en esta ciudad y lo incorporemos como una valiosa contribución a nuestros trabajos.

Quiero al mismo tiempo alentar a los jóvenes que por primera vez se han reunido con antelacion a una conferencia y hacer un llamado para que se apoye decididamente sus esfuerzos por constituir una red mundial de jóvenes para combatir el racimo, la intolerancia racial o cualquier otra forma de discriminación.

No seria justo soslayar el importante papel que ha jugado la Comisión de Derechos Humanos no solo en los trabajos que la precedieron sino también en la concepción y el impulso de esta cumbre. El empeño de nuestro órgano por traer a la primera plana de la escena internacional esta cuestión no es casual ni caprichoso. La esclavitud, el colonialismo, la extrema pobreza, la ocupación extranjera, y la mayoría de los temas que han sido evocados aquí forman parte central de su nutrida agenda.

En realidad este impulso, este empéna de la comision por combatir estos fenomenos es la expresión de una verdadera toma de conciencia universal sobre la gravedad de este fenómeno y sus múltiple y devastadoras consecuencias. Es, sin duda, la resultante de las mas graves y dolorosas experiencias de la humanidad. No podemos olvidar que las Naciones Unidas nacieron de los escombros de una guerra en la que uno de sus epicentros más patéticos fue precisamente una cuestión de discriminación como fue el Holocausto del pueblo judío.
El principio de igualdad de derechos entre todos los seres humanos (cualquiera sea su raza, sexo, religión, etc.) es una de las principales conquistas jurídicas contemporáneas y la piedra angular en que se asienta el enorme edificio de los derechos humanos que han jugado un papel decisivo en la nueva construcción del mundo.

La historia a demostrado que la discriminación no es solo la violación de un derecho humano en particular, sino la puerta de entrada a la violación de muchos otros derechos, Esto es lo más significativo de la discriminación, porque además de ser en si misma repudiable, de ordinario es la expresión o en el camino de muchas otras violaciones. El apartheid lo acredita, detraes de la segregación racial se escondía la mas descarada negación del conjunto de los derechos humanos.

Pero el tema de la discriminación y el racismo en general no son solo expresiones del pasado. Tienen vigencia actualmente y hoy vemos renacer viejos demonios que creiamos extinguidos para siempre. A las formas tradicionales se suma la aparición de nuevas formas de discriminación que, como siempre, atenta contra nuestras democracias por lo que el combate contra estos peligros debe ser constante ya que comprometen a todas nuestras sociedades.

Pero la discriminación no es solo el fruto de motivaciones sicologías fundadas en la superioridad o el odio racial o religioso. Puede ser y de hecho lo es, cada día con mayor frecuencia, la resultante de un proceso de creciente exclusión y marginación..

En efecto, vivimos uno de los momentos mas contrastantes de nuestra historia. Por un lado están quienes disfrutan con avidez los fascinantes prodigios de la tecnología, de la revolución informática y las posibilidades que abre el desarrollo de la era espacial. Por otro lado, esta también una inmensa cantidad de personas cuya vida esta marcada por la indigencia, la adversidad y la marginación. De esta manera, mientras para una parte de la humanidad la velocidad del cambio se acelera, para otra permanece estática e incluso retrocede. En la actualidad mas de 1 500 millones de personas viven en la miseria, pero lo peor de todo es que este fenómeno tiende a agravarse. Es en el contexto de esta suerte de movilidad descendente en el que se sitúa la razón de nuestras mas sinceras preocupaciones. La lógica perversa que promueve esta espiral de exclusión se proyecta incluso al interior de las poblaciones desfavorecidas, afectando en particular a los niños, los ancianos y a millones de mujeres para quienes su sexo viene a sumarse a muchos otros factores de discriminaciones.

De esta forma, la búsqueda de un orden internacional mas inclusivo, equitativo y plural es uno de los desafíos mas caros y urgentes del momento actual. El proceso de globalización si bien ha traído aparejado una enorme movilización de
recursos, también a implicado para muchos países en desarrollo -golpeados por el peso de su deuda externa- un fuerte agravamiento de sus condiciones económicas y sociales.
Es importante reconocerlo, la discriminación puede ser la causa yo el instrument de la opresión, de la segregación y la pauperización de la población, pero al mismo tiempo es importante advertir la forma en que la miseria y la marginación conducen hacia formar abominables de discriminación.
Seguimiento de Durban.

La resolución 200115 adoptada este año por la Comision reconoce con preocupación que, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional no se han alcanzado los principales objetivos de los dos decenios de la lucha contra el racismo, y la discriminación racial lo que también es valido con relación a las metas propuestas en las dos conferencias mundiales precedentes ( las de 1978 y 1983) Por ello, en esta oportunidad, es imperativo que la declaración y el programa de acción que se habrá de aprobaren Durban prevean mecanismos concretos de seguimiento mucho más riguroso y eficaces que los anteriores.

A ese respecto los ejes centrales que guían mis pensamientos sobre este punto son dos.

Primero. Si bien los Estados tendrán la responsabilidad principal de la implementaron del futuro Plan de Acción estos no habrán de lograrlo si no es mediante una verdadera articulación con la sociedad civil ( ONGs, medios de comunicación, etc.), pero sobre todo con los sectores que son víctimas de las violaciones. Los gobiernos no solo deben pensar cuanto pueden hacer por las víctimas de la discriminación sin mas bien cuanto pueden hacer con las víctimas para poner fin a la discriminación.

Segundo. Hasta ahora la mayoría de las conferencias mundiales han fijado un plazo de 5 anos para evaluar el desarrollo de las metas planteadas en las cumbres, dejando en manos de la Asamblea General dicha tarea. No cabe duda que se trata de un método apropiado que nosotros también podríamos imitar pero estimo que no deberíamos limitarnos a ello. Seria mas útil que en ese futuro encuentro se evaluaran los progresos alcanzados, las medidas adoptadas y sobretodo la idoneidad del conjunto de mecanismos de seguimiento acordados en esta conferencia.
Esto implica que una parte importante del esfuerzo de esta cumbre se concentre específicamente sobre su seguimiento. A nivel internacional, este no puede ser la responsabilidad de un solo órgano de las Naciones Unidas sino del conjunto de órganos e instituciones que componen el sistema.
Tanto la Asamblea General, el ECOSOC, la Comisión de Derechos Humanos, la Subcomisión y al interior de estas, sus relatores especiales, al igual que los distintos órganos de los tratados deberían estar involucrados en el seguimiento de Durban. En esta oportunidad las Instituciones especializadas y demás agencias del sistema deben ser incorporadas desde el comienzo en este esfuerzo para estar en condiciones de enfrentar con éxito este gigantesco desafío.

Reconozco el valor de la propuesta del Grupo de los 21 contenidas en el proyecto del programa de acción y es mi intención sumarme a las reflexiones que se están llevando a cabo sobre este punto.

Saludamos la iniciativa anunciada por la Sra. Robinson de crear una unidad de seguimiento en la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.

Para terminar, querría mirar al futuro rescatando del pasado y del presente sus mas valiosas enseñanzas. Entre ellas subrayo el importante papel que han jugado la solidaridad internacional y los derechos humanos. Estos últimos representan la transformación jurídica mas revolucionaria del siglo que dejamos y una de las principales herencias para el milenio que comienza.
Fue por la lucha de mi pueblo -dijo Monseñor Tutu durante el segmento especial que llevo a cabo la Comisión en su ultimo periodo de sesiones y agrego- pero fue también gracias a la solidaridad internacional que Mándela pudo recuperar su libertad y mas tarde ser presidente de Sudáfrica.
Gracias entonces al pueblo Sudafricano por esta conmovedor experiencia que esta viviendo, por lo que significa para ustedes y para nosotros, porque ella nos revela el fruto de la solidaridad internacional y nos ofrece la prueba de que cuando el mundo avanza por el camino de los derechos humanos, lo hace ... en el buen sentido de la historia.